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sábado, 12 de octubre de 2013

Anime, piratería y otras cosas...

Un día de estos, leí un artículo en una web de anime que me llamo mucho la atención (este es el enlace por si quieren revisarlo).

Tiene algunos errores de semántica y sintaxis (muchas ideas que pueden confundir al lector, al no llevar una línea directa sobre el tema o temas que se querían tocar), pero me sirvió para, en primer lugar: meditar algunas cosas y luego, escribir esta nota.

Así que, empecemos (obviaré que se leyeron el texto y entraré en materia):




Diferencia

Hay una abismal diferencia entre compartir contenido y piratería. Este diferencia (que no todos comprenden), dio paso a la gran guerra que sucedió hace un par de años, con las famosas leyes de SOPA, el congreso de Estados Unidos y demás; terminando con el cierre de MegaUpload.

Y es que la línea no es tan delgada como para  no entender esta diferencia. Compartir contenido, es comprar un cd y luego pasar esa música a tu móvil; enseñársela a tu amigo y luego pasarle un par de canciones por bluetooth.

Piratería es, comprar el mismo cd; sacarle 100 copias, imprimir 100 portadas y salir a venderlos. O, incluso en menor escala; comprar el cd, sacarle una copia para tu amigo y vendérselo luego.

Punto.



Algo de historia

La proliferación del anime, en las épocas de los 80's 90's había empezado (varios años antes) con series como Heidi, Marco, Candy, Mazinger y La princesa Gigi, en los que más recuerdo de mi infancia. No había internet, no habían revistas, no había nada.

Estábamos a las expendas de lo que las televisoras quisieran programar.

A los niños de hoy en día, se les olvida que pasar un anime por televisión abierta cuesta dinero.

Primero, comprar los derechos de transmisión, la serie, el doblaje; ya acá llevaríamos una cantidad bastante buena de dinero invertido que muchos no quisieron, ni quieren hacer.

Repentinamente, a finales de los 90's: Dragon Ball, Sailor Moon y Saint Seiya, de mano de las primeras computadoras y la apertura del internet a todo el mundo; nos empezaron a enseñar que había algo más allá de nuestras costas.

Cientos de historias empezaron a llegar. Los que tenían cable, habían podido ver muchas otras cosas que los menos afortunados no pudimos descubrir si no hasta pasados al nuevo milenio.

Mientas en Japón se creaban y creaban cientos de mangas y muchos animes. América Latina empezaba a descubrir detrás de un monitor que habían dibujos porno de Sailor Moon.


La problemática

La cultura de compartir contenido creció para beneficio de todos. Yo tengo algo que me gusta demasiado, lo subo a la red para que otros puedan conocerlo.

El anime estaba en japones (lógico). Muchos empezaron a traducirlo y re subirlo con subtítulos. Benditos sean!

Y todo gratis.

Bueno, hasta que alguien se dio cuenta de que el mercado había crecido de manera abrupta y no se había ganado absolutamente nada.

Ok, no. Si, alguien se estaba ganando algo y no era exactamente el productor, ni el dibujante, ni los que hacían las voces. Lo estaba haciendo alguien que había cogido aquel producto que yo compartí y lo estaba vendiendo.



La guerra comenzó y el internet cambio.

La proliferación del anime en América no fue por la piratería. Y deseo ser enfático con esto. La piratería fue un sub producto del concepto "compartir contenido".

Un sub producto que ha sucedido hasta en cosas como el agua; el agua la envasamos, la vendemos y nos ganamos un dinero por algo que todos tienen gratis en sus casas (esta es una realidad aplicable en ciertas áreas del planeta).

No podemos evitarlo, esta en todos los campos. Y fue gracias a la cultura de compartir contenido que todos los que leen esta nota y más, llegamos al anime; a las bandas de rock, psy trance, chillout; a la información, a las tiendas online y a todo eso que queremos conocer y que no tenemos a la mano.



Acaso no es esta la finalidad de internet? 

Claro, el internet es una puerta. El internet es un facilitador de conocimiento.

Hoy por hoy, todo esta a nuestro alcance gracias a el.

Y contestando a la pregunta que nos dio el escritor de la nota que cite al principio:

Podríamos vivir sin la piratería? (corrigiendo el significado oculto en sus palabras)

Si, lo hemos hecho y podemos seguir haciéndolo. No tenemos que comprar producto pirateado para poder obtener contenido o para comprar producto original.

Desde que el internet existe, podemos accesar a todo lo que queramos conocer.

El reto

Yo, desde mi humilde sofá; contrarresto esta pregunta y la llevo más allá:

Podríamos vivir sin internet?

Saludos.